Coincidiendo con el nonagésimo aniversario del nacimiento de la Generación del 27, los alumnos de 4º ESO dedicaron la edición del Café del Amor de este curso a homenajear a los componentes de este grupo literario. Para ello, trasformaron el Gimnasio del Centro y lo convirtieron en uno de los cafés donde los componentes de dicha generación celebraban sus tertulias, recitando sus poemas y ambientando el lugar con esos destellos simbólicos que caracterizaron a este grupo de autores.

En medio de una tenue oscuridad, solo rota por las velas (velas verdes, esperanza que se consume), la voz de nuestros poetas rasgaba el silencio y evidenciaba el dolor por la cruda realidad de la España que vivieron, esa patria que se fragmentaba en dos. Los de arriba, iluminados por los focos al declamar y protegidos con suntuosidad al son de la orquesta; los del suelo, ese pueblo, resguardado entre escombros, en penumbra, amparados por una cortina que apenas alcanza a cubrir sus necesidades. Pueblo que anhela libertad y que airea su angustia y susurra a voces su drama; que grita para ser escuchado, aunque en ocasiones sus voces sonaran inaudibles.

En ese contraste trascurre la velada, vencedores y vencidos han de dirigirse a la única salida viable, que se encuentra en el extremo opuesto del escenario. Su senda está iluminada por unas tenues velas (velas verdes, esperanza que nunca se ha de perder) que forman un corazón. Corazón como símbolo del amor, de ese único camino que hace posiblela reconciliación y la fraternidad entre todos. Ese amor que nos lleva a lograr lo soñado. 

Como colofón final, los alumnos de 4º obsequiaron con unos dulces a los asistentes al acto; dulces que nos dan fuerzas para iniciar la ascensión y luchar así por alcanzar nuestros más altos ideales.