Proyecto Huerta

Proyecto Huerta (8)

01 Feb 2016
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Tras semanas macerando a la intemperie, llegó el momento de la verdad.
Con gran expectación y bastante recelo, nos dispusimos a probar la primera producción de aceitunas del Colegio Gondomar. Incredulidad, nervios, una pizca de escepticismo y buenas dosis de paciencia, reinaron en el reparto, lo más equitativo posible, de las mismas.
Llegado el gran momento, las reacciones no se hicieron esperar. Desde los más entusiastas, a los que les encantó el sabor de las aceitunas, hasta los que no las hallaron a su gusto, el caso es que a nadie dejó indiferente.
Cada uno de los alumnos de la clase pudo llevarse su tarro con el delicado manjar para que sus familias también fuesen partícipes de los esfuerzos de sus hijos.
Siempre es gratificante recoger el fruto del trabajo realizado y más si este lo llevamos realizando desde hace meses. Y eso es, precisamente, lo que hicimos hoy. Esperamos que en cursos venideros podamos aumentar nuestra producción.

31 Ene 2016
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Después de un pequeño parón por diversas razones, entre ellas las vacaciones de Navidad y la recolección y cuidado de las aceitunas, el miércoles 27 de enero reanudamos nuestra actividad en el huerto del cole.
Fomentando la cooperación entre los alumnos, se dividió el trabajo en diversas tareas asignando cada una de ellas a un grupo de entre 3 y 5 personas.
Antes de comenzar a trabajar, todos pudimos observar como algunas de las plantas florales sembradas habían comenzado a germinar, así como alguno de los bulbos de ajo y una lechuga, un tanto fuera de temporada, que a todos nos hizo mucha ilusión ver.
Uno de los grupos se encargó del cuidado de las lombrices de nuestra vermicompostera, alimentándolas, oxigenando el humus y diluyendo el lixiviado para poder usarlo como abono líquido. Otros dos grupos, se encargaron de la ardua tarea de voltear la tierra, retirar pequeñas, y no tan pequeñas, rocas, y algunas de las plantas adventicias que habían crecido en nuestras zonas de cultivo. A otro grupo se le asignó el trabajo de clasificar y ordenar las semillas que teníamos en el invernadero.
Uno de los trabajos más gratificantes fue el del penúltimo grupo que realizó la recolección de unos pequeños puerros sembrados la temporada pasada. Por último, tres de nuestros compañeros tomaron las bonitas fotos que podéis ver a continuación.

29 Ene 2016
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Tras unas semanas macerando en agua, con la finalidad de que las aceitunas negras recolectadas perdiesen su amargor, el pasado viernes día 22 de enero procedimos al aliño de las mismas. Se podría decir que hay tantos aliños caseros como familias que realizan esta actividad, por lo que decidimos escuchar distintos consejos y consultar internet para crear nuestra propia receta. Primero, añadimos sal marina en cantidad y, a continuación, uno de los ingredientes con más sabor, el ajo. Machacamos uno a uno los dientes y los echamos al barreño. Después, nos decantamos por unas hierbas provenzales, orégano, laurel y tomillo.
Todos pusimos de nuestra parte para que esta actividad pudiese ser colectiva y sentir que cada uno de nosotros había puesto un poco de su cariño y trabajo en el aliño de las aceitunas. ¡Dentro de una semana las probaremos! ¡Todos ansiamos saborear el resultado!

25 Nov 2015
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Hoy en el huerto hemos recolectado aceitunas de un olivo que está en la parte de Bachillerato del Colegio. Es a primera vez que se hace esto en el cole y todos hemos participado en la recolección.
Estas fotos son de cómo nuestros compañeros han recogido todas las aceitunas, para que en tres o cuatro meses las podamos comer en el comedor o bien nos las llevemos a casa, ya que ahora están demasiado ácidas.
Según íbamos cortando las aceitunas, las íbamos depositando en dos barreños grandes.
El olivo ha quedado completamente limpio.

04 Nov 2015
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Hoy nos ha tocado hacer las fotos de cómo trabajaban todos nuestros compañeros.
Algunos estuvieron removiendo la tierra; otros dieron de comer a las lombrices, como todas las semanas, y sacaron el lixiviado, lo mezclaron con agua y regaron los cultivos.
También estuvimos en el invernadero, en el que hay unas semillas que sacamos el primer día.
Algunos también estuvieron entrando y saliendo del edificio, trayendo maderos al huerto.
Hubo personas de la clase que estuvieron trabajando una parte que no se había trabajado ningún año y nosotros la vamos a trabajar.
Al final, nosotras acabamos pronto las fotos y estuvimos trasplantando ajos.

11 Nov 2015
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Hoy nos ha tocado hacer las fotos de cómo trabajaban todos nuestros compañeros.
Algunos estuvieron removiendo la tierra; otros dieron de comer a las lombrices, como todas las semanas, y sacaron el lixiviado, lo mezclaron con agua y regaron los cultivos.
También estuvimos en el invernadero, en el que hay unas semillas que sacamos el primer día.
Algunos también estuvieron entrando y saliendo del edificio, trayendo maderos al huerto.
Hubo personas de la clase que estuvieron trabajando una parte que no se había trabajado ningún año y nosotros la vamos a trabajar.
Al final, nosotras acabamos pronto las fotos y estuvimos trasplantando ajos.

09 Sep 2015
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HISTORIA DE UNA ESCOMBRERA

Hace muchos, muchos años, vivía un hermoso mastín en una tranquila zona del norte de Madrid. Más concretamente, en una pequeña parcela de un colegio familiar y entrañable, el Colegio Gondomar, de Galapagar. Durante la jornada escolar, pasaba la mañana ladrando amenazadoramente a cuantos alumnos osasen acercarse a sus dominios. Por las tardes, dormitaba plácidamente aguardando la llegada de los niños.

Así transcurrieron los años, hasta que una fría mañana invernal, nuestro amigo decidió dar una vuelta por el más allá. Y nunca más regresó.

Las primaveras fueron dando paso a los veranos. Y estos, a los otoños, quienes, gustosos, cedían su turno a los inviernos. A regañadientes, las primaveras volvían a hacer acto de presencia y así sucesivamente sin que nada alterase ese baile estacional.

En esas estábamos, cuando un joven e impetuoso profesor se fijó en aquel terreno, otrora el hogar del cánido y entonces convertido en una escombrera donde se almacenaban rocas, restos de ladrillos y malas hierbas. “¿Por qué no construir un huerto aquí?”, se preguntó el docente. Así que se armó de ilusión, soñó un proyecto ecológico y subió al despacho del director para hacer realidad sus metas.

Con mucha dedicación, unas pocas herramientas y una legión de entusiastas estudiantes, don Borja, el temido profesor de Ciencias Naturales, comenzó a transformar aquella parcela. Limpió la zona de residuos, allanó el terreno, delimitó los bancales y sembró esperanzas en aquella porción de tierra semiabandonada. Los primeros frutos no tardaron en llegar: unos calcetines abandonados lustros atrás, escombros por doquier, rocas milenarias y sonrisas a raudales por la satisfacción del trabajo bien hecho. De paso, recolectaron algunas fresas, unos cuantos rabanitos y alguna que otra cebolla.

El proyecto siguió adelante y las cosechas fueron aumentando; el huerto, además, se seguía transformando. El mencionado profesor decidió probar suerte allende los mares y, al finalizar la segunda recolección, partió rumbo a lo desconocido.

Llegó a estas latitudes un hortelano valenciano. Preparó el terreno, arrancó nuevas rocas a la tierra y… se marchó a estudiar koalas, a Australia. Una vez más, el huerto quedaba huérfano… aunque por poco tiempo. Una joven bióloga se apresuró a hacerse con las riendas del huerto y un nuevo impulso revitalizó la parcela.

Se marcaron los límites de los bancales, se siguió removiendo el suelo para desenterrar nuevas pedruscos, e, incluso, hubo tiempo y espacio para que los alumnos de infantil se sumasen al proyecto. Y las cosechas, aumentaron: zanahorias, cebollas, lechugas, rabanitos, acelgas… La antigua escombrera empezó a parecer un auténtico vergel.

La señorita Almudena, que así se llamaba la joven docente, contó con la ayuda de don Julio, además de la colaboración entusiasta de sus alumnos. Juntos continuaron impulsando el huerto y haciéndolo crecer. Aumentaron las tierras de cultivo, adoptaron a centenares de lombrices para regenerar y nutrir el suelo, inundaron de flores el huerto… Los alumnos de infantil se sumaron al proyecto, gracias a la iniciativa de la profe María, aumentando así la legión de pequeños hortelanos trabajando para crear un huerto mejor.

Para este curso 2015-16, se unirán al proyecto las profes Margarita y Virginia, también de Infantil; se creará la estructura del jardín vertical; se plantarán árboles frutales que nutran nuestros estómagos. Así mismo, los alumnos de primaria fabricarán un espantapájaros y los de guardería de la mañana seguirán alimentando a las lombrices. En definitiva, seguiremos trabajando para que la quimera de convertir una escombrera en un huerto escolar siga creciendo. Julio César Casado Cid Almudena Pérez Sandoval

02 Jun 2015
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     Tras diez meses de laborioso trabajo, recogemos el fruto de nuestro esfuerzo. Cada uno de nosotros ha aportado parte de lo mejor de sí mismo: hemos tenido que acarrear rocas, que dar de comer a las lombrices, que arar una tierra que, en ocasiones, parecía más un arenero que un huerto de labranza. Y, sin casi darnos cuenta, sin terminar de creernos que fuésemos capaces, hemos ido dando forma, creando, un lugar con vida donde antes había una escombrera.

     Pocos de nosotros creímos que esta tierra que parecía yerma daría frutos. Mirábamos con extrañeza a los profesores cuando nos enseñaban a manejar las herramientas o cuando nos instaban a esforzarnos para dejar un lugar mejor para nuestros compañeros de cursos inferiores. Salíamos entusiasmados por poder estar un rato al aire libre y, de repente, se obró el milagro. Es curioso como fuimos dándonos cuenta de lo que cambiaba el huerto semana a semana, gracias a nuestra labor.

     Por eso hoy, más que los frutos de nuestro trabajo, nos llevamos los frutos de nuestra ilusión. Porque a todos nos gusta imaginarnos un mundo mejor y nosotros, arando esta tierra, hemos aportado nuestro granito de arena para hacer del huerto, un lugar mejor.